jueves, 12 de noviembre de 2015

La Obediencia


Es una actitud responsable de colaboración y participación, importante para las buenas relaciones, la convivencia y las tareas productivas. La acción de obedecer es aquella en la que se acatan normas, órdenes reglas y comportamientos.

Aunque el aprender a obedecer parece un valor a inculcar solamente a los niños, toda persona puede y debe procurar su desarrollo.

La obediencia no se determina por el afecto que puedes tener sobre la persona que autoriza, mando o pide, se concentra en realizar la tarea o cumplir el encargo que se encomienda sin pedir nada a cambio.

 

La Obediencia, parte del aprendizaje infantil

A obediencia forma parte del aprendizaje del control y regulación de la conducta, de la asimilación de las reglas, primero en el plano externo, haciendo las cosas como el adulto le dice para agradarlo, y ganarse su aprobación y elogio; y, posteriormente, si el niño es debidamente estimulado por el adulto, por propio deseo, aprendiendo a controlar su conducta y cumplir las reglas de manera consciente, ya no para agradar a nadie sino para la satisfacción que esto le produzca. El aprender a ser obediente consiste, también, en que se explique el por qué es necesario que se hagan las cosas que se le pidan.

 

El niño puede aprender a ser obediente

-     Sabiendo qué es lo que sus padres y docentes quieren

-     Conociendo la satisfacción que su obediencia producirá

-     Sabiendo el por qué y el valor de cada orden

-     Teniendo claras sus obligaciones y deberes

-     Con una enseñanza sistemática de todas sus actividades

-     Teniendo reglas claras en casa y la escuela

-     Cuando siente la aprobación de sus padres y docentes al ser obediente

-     Cuando siente que con la desobediencia no consigue lo que quiere

 

Fuente: guíainfantile.com

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