sábado, 1 de abril de 2017

Transgredir la ley delante de todos

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Cuando una ley o una norma reglamentaria es sistemáticamente violada y ello ocurre a la vista del público, hay una evidencia de la incapacidad de la autoridad responsable para garantizar su cumplimiento.
Esta situación provoca dos tipos de actitudes y sentimientos en la ciudadanía. Por un lado, produce la percepción de una inequidad e injusticia, ya que la autoridad que impone el cumplimiento al ciudadano común admite explícitamente que algunos no lo hagan. Por otro lado, crea y fomenta una actitud de indisciplina y rechazo a la ley y a la autoridad. El Estado de Derecho tiende a ser sustituido por la ley de la selva y, en casos extremos, emerge la justicia por mano propia.
Es por ello que las leyes son creadas para regir la conducta de los ciudadanos en pro de una sana convivencia y crecimiento en la sociedad; donde se respete la divergencia en todas sus vertientes y se pueda seguir progresando y conviviendo a pesar de las diferencias. Quien no cree en la divergencia y la promulgue está condenado a transgredir constantemente su diario andar, a vivir a la sombra de la ley y a su sano desarrollo como ser humano.
Dicen que las leyes se hicieron para violentarlas. Hecha la ley, hecha la trampa. Yo no creo en ello. Creo más bien que las leyes son para cumplirlas porque para ello se crearon. Lo que se puede hacer es verificar constantemente si esta ley sigue siendo efectiva para todos como cuando fue creada. A veces hay que modificarlas y hasta cambiarlas en su totalidad en pro del bienestar de todos. Nunca violentarla por intereses personales de quienes las promulguen y menos de quienes son los garantes de su funcionamiento.
Jorge Iglesias (2017)


(Este blog no se hace partícipe ni responsable por los conceptos emitidos en el artículo por el autor)

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