A propósito de iniciarse un nuevo año escolar, vale bien la siguiente reflexión sobre cómo debe ser el docente hoy frene a las necesidades del alumnado.
El
docente hoy tiene ante si grandes retos. El primero de ellos es que la sociedad
se ha convertido en una gran distribuidora de conocimientos y esto cambia
profundamente el rol del docente. Antes él era el que enseñaba, el que sabía
todo. Hoy es la sociedad como un todo la que se ocupa de poner el conocimiento
a disposición de las nuevas generaciones.
Por ello,
los docentes de hoy deben estar formados para el cambio. Formados para aprender
continuamente a lo largo de la vida. Para ellos la educación continuada es
fundamental. Y esto incluye especialmente estrategias para aprender por sí
solos aprovechando los amplios recursos disponibles en la internet.
El cambio
de la escuela está sustentado en el avance de las TICS cuyo impacto en el avance
educativo es incuestionable.
Estas
premisas suponen que el docente de hoy debe ser formado de manera diferente a
los viejos esquemas. Lo primero es que las tics deben ser una parte
importante en la formación inicial de los mismos. Estas herramientas son
fundamentales en la distribución masiva del conocimiento y por ello los
docentes deben ser usuarios inteligentes de las mismas y tener la capacidad de
incorporarlas a las aulas de manera eficiente para aprovechar la gran
disponibilidad de conocimientos disponibles.
Es
impensable que un docente pueda valerse de los conocimientos adquiridos en las
aulas durante toda su vida útil como docente.
El
conocimiento se está duplicando a velocidades geométricas y, por tanto, los
conocimientos disponibles por los docentes, son cada vez más viejos. Y eso
apela a la capacidad de aprender constantemente para renovar el saber, el
capital de trabajo de los docentes.
Aprender
a aprender es la clave para que el docente de hoy pueda ser un ente proactivo
en la búsqueda de los conocimientos más actualizados, disponibles y poner éstos
a disposición de las nuevas generaciones. Asimismo, la formación inicial
de los docentes debe ser en base a una pedagogía activa que les permita
valorizar el trabajo en el aula y en su entorno como la fuente principal de los
aprendizajes.
Esto
significa que las estrategias de aprendizaje deben permitir vincular al docente
que aprende con la investigación, la resolución de problemas y conflictos,
estudios de campo, experiencias de laboratorios, simulaciones, etc. En otras
palabras, se trata de que el docente sea formado en base a las necesidades de
la realidad, pero fundamentado en sus propias experiencias y capacidades para
buscar la verdad por sí mismo.
El
docente de hoy debe tener la capacidad de aprovechar al máximo el tiempo
disponible para el trabajo docente en el aula.
Los
estudios que se han hecho recientemente son concluyentes en sostener que los
docentes que logran mejores aprendizajes en sus alumnos son aquellos que
concentrar la atención de sus alumnos en las tareas propias de la escuela y
dedican al menos el 80% del tiempo destinado al desarrollo del currículo a
actividades controladas por la escuela.
Fuente: www.elnacional.com.do / Autor: Ángel Hernández
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