El origen
proviene del asesinato de Iqbal Masih de 12 años, ocurrido en el año 1995,
quien a la edad de 4 años fue vendido por su padre a una fábrica de alfombras
de Punjab porque necesitaba un préstamo para pagar la boda del hijo mayor.
Para saldar al deuda Iqbal trabajaba doce
horas al día trenzando alfombras por un a rupia diaria. Sin embargo, con los
intereses desorbitados, la deuda no para de crecer. A los 10 años Iqbal asistió
a un mitin sobre derechos humanos y su vida cambió radicalmente. Consiguió la
libertad a través de una campaña del Frente de Liberación del Trabajo Forzado y
se convirtió en un activo luchador contra el la esclavitud infantil, y
consiguió cerrar empresas en la que se explotaban a menores. Su ejemplo
trascendió y recibió premios internacionales en Estocolmo y en Boston, con los
que decició abrir una escuela.
Se calcula que 400 millones de menores en todo el
mundo son esclavos, de los cuales 168 millones trabajan y 85 millones de ellos
lo hacen en condiciones peligrosas. UNICEF advierte que la violencia, la
explotación y el abuso frecuentemente están a cargo de personas que el
niño conoce, incluyendo los padres y madres, otros familiares,
cuidadores, maestros, autoridades policiales, agentes estatales y no estatales,
y otros niños.
Fuente: www.ciprevica.org
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