
- Construiré
el palacio con materiales de muy baja calidad y así me quedaré con el dinero
que ahorre. Poco me importa si luego se cae.
Así lo hizo, y cundo lo hubo terminado, se
presentó a su padre y le dijo:
- Ya
está terminado el palacio que me encargaste, papá. Aquí están las llaves. Puedes
mudarte a él cuando lo desees.
El Rey tomó las llaves, se las devolvió al
hijo y le dijo:
- Te entrego
el palacio que construiste. Era para ti. Esta es tu herencia.
Moraleja: Cada uno cosecha lo que siembra…
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