jueves, 18 de febrero de 2016

Reflexiones Educativas. Algeria


Si hay alegría, hay motivación, hay deseos de aprender. Si en los centros educativos brilla la  alegría, habremos conseguido lo más importante. Debemos buscar y meter la alegría en todas las actividades que planificamos y hacemos. Las aulas y todos los recintos escolares deben invitar a la alegría y ser atractivos en lo físico y en el ambiente irradiador de aceptación, comprensión, ayuda. La educación actual es demasiado fastidiosa y aburrida.

Muchos alumnos desertan porque no encuentran en el centro educativo respuesta a sus intereses, preocupaciones y problemas. El objetivo principal de las planificaciones, debe ser tener a los alumnos motivados y contentos. Hay que volver al saber con sabor, a la escuela como lugar del disfrute en el trabajo gratificante y compartido. Quedan prohibidas las caras largas, las palabras ofensivas y desestimulantes, las amenazas, los ejercicios tediosos y aburridos, las memorizaciones sin entender, los aprendizajes sin sentido. Atrevámonos a proponer y vivir el servicio como fuente de alegría. No olvidemos nunca que “ser más es el camino a la perfecta alegría”.

 Reflexiona Internamente

¿Qué opinarían los ¿Me considero un educador ameno o aburrido? ¿Qué opinarían los alumnos?

¿Disfruto de mi trabajo educativo?

¿Tengo problemas serios de disciplina, cómo los enfrento?

Cuando planifico, ¿busco conscientemente tener a los alumnos motivados y felices? ¿Lo logro?

¿Qué me propongo para avanzar en una pedagogía de la genuina alegría?


Fuente: A. Pérez Esclarín. Las 5 vocales de la pedagogía (2002)

 

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