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lunes, 19 de diciembre de 2016

Integrar la sexualidad al amor

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Una de las grandes urgencias de la educación es enseñar a vivir una sexualidad madura y responsable, integrada al respeto y al amor. Sobre todo en estos tiempos de erotismo sin alma, de explosión de una pornografía cruda y muy vulgar, de mercantilización de la sexualidad y reducción del amor a la mera genitalidad y a una especie de gimnasia corporal. 
Hay que liberar la sexualidad de la “banalización” y “animalización” reinantes y asumirla como expresión de creatividad y de vinculación comunitaria. Hoy, cuando es tan fácil “hacer el amor”, muchas  personas siguen siendo “vírgenes de corazón”: Se han acostado con varias personas  o con muchas,  pero su corazón sigue intocado. 
Nunca aprendieron a acariciarse  con la voz, con el silencio,  con la mirada,  con el alma; nunca cultivaron la ternura, la comunión, ni sintieron que renacían a una nueva vida, hecha de renuncias y entregas, en los brazos del otro; nunca entendieron que el acto sexual no puede limitarse a un estremecimiento de los cuerpos, sino a una fusión de las almas, a una comunión de los corazones.   
Hoy, la  necesaria educación sexual se está limitando con demasiada frecuencia  a aprender a evitar los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual.  
Por supuesto que esto es un gran avance, pues ningún embarazo tiene que   ser un “accidente no querido”, ni ninguna relación sexual debería ser causa de preocupaciones  o enfermedades. Pero es urgente que avancemos a una  educación sexual que se enmarque en la educación de la afectividad, de la responsabilidad,  del sentimiento, del amor. 
La sexualidad no puede reducirse a un fenómeno puramente biológico: a la experiencia genital, a la unión carnal. La sexualidad alcanza categoría humana cuando se enlaza en el misterio del amor.  El abrazo amoroso no puede reducirse  a un mero entrelazamiento de los cuerpos sino que supone  un diálogo profundo de los corazones que entregan la totalidad de su persona  y comunican su ser más íntimo. 
Cuando no ocurre así, los impulsos sexuales  llegan a tiranizar la conducta, marcándole una línea obsesiva y machacona, que no libera al ser humano, sino que lo rebaja. Una sexualidad  incontrolada, alejada del sentimiento y del amor, más que plenitud, produce hastío y vaciedad.
De ahí que la verdadera educación sexual va mucho más allá de enseñar el uso del condón o de las pastillas anticonceptivas. Necesitamos una educación sexual que enseñe a valorar y respetar el cuerpo propio y el de los demás,  capaz de unir placer con compromiso, que  capacite para construir vínculos sanos y vitalizadores. 
   
Hay que educar la sexualidad como donación de sí mismo y aceptación de la totalidad de la persona amada. Se trata de convertir cada relación sexual en una comunión amorosa donde no sólo se entrelazan los cuerpos, sino se funden los corazones. El sexo amoroso supone y posibilita: entrega absoluta,  arte, creatividad, ternura y fuerza, suprema expresión de la belleza. 

Quien ama de verdad sabe que el ser humano siempre es alguien, no algo. La persona humana no se puede utilizar nunca como un objeto o como una mercancía. La sexualidad se vive desde la intimidad de la persona, que busca  manifestar al otro, en una entrega total y libre, a través de su cuerpo, el amor.

Autor: Antonio Pérez Esclarín


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Esta institución, nacida del corazón de esta comunidad de San Jacinto, vio sus primeras luces de la mano de aquel grupo de pioneros docentes y de estudiantes que hoy son parte de una generación que ha construido el país, permitiendo que aquel pequeño pulso de hombres y mujeres progresivamente fuese creciendo para conformarse como una de las instituciones que acogen un número significativo de estudiantes de las distintas partes de la zona en la que se ubica.

Han sido años muy importantes, las generaciones pasadas han logrado al menos transitar en dos o tres oportunidades con nuevos hijos de esta nación, la cuna del aprendizaje les llevo de la mano hasta cruzar la meta deseada e iniciar la gesta en una forma que no cansa.

El corazón de los docentes de hoy, viven embargados en sus corazones del mejor afecto presente y de quienes ya pasaron, así mismo, los docentes que partieron al otro lado del camino, son recordados con afecto por esa labor imborrable que demarcaron sus vidas.

Si bien, esta institución ha transitado por momentos complejos en función a hechos violentos que siempre son lamentables, la realidad es que el balance permite determinar que nuestros éxitos han sido mayores que nuestros errores, es posible que no todos sepan de nuestras glorias, pero hemos sido determinantes en espacios donde pocos han logrado.

Nuestros estudiantes y docentes han sido distinguidos en diversas oportunidades por alcanzar metas que otras instituciones escasamente han conocido, de las manos de estos hijos han salido las obras del trabajo coordinado. Las glorias del éxito han sido llevadas hasta más allá de las fronteras del país.

Sirva esta ventana digital para mostrar al mundo, que somos una comunidad de docentes, estudiantes, personal administrativo, de mantenimiento, directivos y demás quienes todos los días arreamos el sol para iluminar nuestros esfuerzos.