.

.

martes, 16 de enero de 2018

A veces es necesario practicar la sordera selectiva

Resultado de imagen para habladurias

De vez en cuando me vuelvo sorda al lado de algunas personas.

De esas que solo liberan por su boca palabras vacías, sin sentido y siempre agregando comentarios absurdos de otras personas. Parece que no saben sumar si no solo restar, hablan y hablan sin parar pero de esas mil palabras se debe escrudiñar para encontrar solo las buenas.
Y no es por ser pedante o soberbia, pero de vez en cuando se debe practicar éste arte con terceros. Es muy fácil detectar este tipo de personas pues lo único que liberan por su boca son oraciones negativas, de esas que le causan pesadez al cuerpo.

No quiero pasar como la santa, la que no critica. Existen las críticas constructivas y las destructivas, y estas últimas son las que ese tipo de personas lleva en su boca pues nunca se las dicen de frente a la otra persona, siempre andan por ahí sin nada que hacer contándoselas a las demás, como si eso tuviese mucha importancia para los que estamos ocupados día tras día. No quiero pasar como la santa, la que no critica. Existen las críticas constructivas y las destructivas, y estas últimas son las que ese tipo de personas lleva en su boca pues nunca se las dicen de frente a la otra persona, siempre andan por ahí sin nada que hacer contándoselas a las demás, como si eso tuviese mucha importancia para los que estamos ocupados día tras día.

Me rehusó a escuchar los comentarios ajenos, y aunque causen entretenimiento solo perjudican nuestros pensamientos. Es muy fácil dañar la credibilidad de una persona con unos simples comentarios dañinos, por eso prefiero no saber nada y practicar la sordera selectiva.
Igual sucede con esas personas que te hablan y te critican, haciendo parecer su vida tan perfecta como las palabras que dicen, y que muchas veces son las mismas personas que se crecen hablando de los demás y hasta de ti. Es por eso que practico la sordera cuando mi alarma contra este tipo de personas se enciende, y como dice el refrán de mi abuela “A palabras necias, oídos sordos”.


Fuente: www.elementospe.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Esta institución, nacida del corazón de esta comunidad de San Jacinto, vio sus primeras luces de la mano de aquel grupo de pioneros docentes y de estudiantes que hoy son parte de una generación que ha construido el país, permitiendo que aquel pequeño pulso de hombres y mujeres progresivamente fuese creciendo para conformarse como una de las instituciones que acogen un número significativo de estudiantes de las distintas partes de la zona en la que se ubica.

Han sido años muy importantes, las generaciones pasadas han logrado al menos transitar en dos o tres oportunidades con nuevos hijos de esta nación, la cuna del aprendizaje les llevo de la mano hasta cruzar la meta deseada e iniciar la gesta en una forma que no cansa.

El corazón de los docentes de hoy, viven embargados en sus corazones del mejor afecto presente y de quienes ya pasaron, así mismo, los docentes que partieron al otro lado del camino, son recordados con afecto por esa labor imborrable que demarcaron sus vidas.

Si bien, esta institución ha transitado por momentos complejos en función a hechos violentos que siempre son lamentables, la realidad es que el balance permite determinar que nuestros éxitos han sido mayores que nuestros errores, es posible que no todos sepan de nuestras glorias, pero hemos sido determinantes en espacios donde pocos han logrado.

Nuestros estudiantes y docentes han sido distinguidos en diversas oportunidades por alcanzar metas que otras instituciones escasamente han conocido, de las manos de estos hijos han salido las obras del trabajo coordinado. Las glorias del éxito han sido llevadas hasta más allá de las fronteras del país.

Sirva esta ventana digital para mostrar al mundo, que somos una comunidad de docentes, estudiantes, personal administrativo, de mantenimiento, directivos y demás quienes todos los días arreamos el sol para iluminar nuestros esfuerzos.